Importancia de la educación física en la etapa secundaria


En esta primera entrada voy a exponer la importancia que posee la educación física en la adolescencia según mi criterio, y lo primero que se debe mencionar es la satisfacción personal que se puede obtener en esta área, infundiendo valores a las personas de las que estas a cargo, y promoviendo un estilo de vida sano.


Los dos ejes básicos sobre los que se constituye la Educación Física son el cuerpo y el movimiento. Pretendemos llamar la atención sobre la importancia del conocimiento del propio cuerpo, de sus posibilidades lúdicas, expresivas y comunicativas. Creo que es fundamental la propia aceptación: sentirse bien con el propio cuerpo y de mejorarlo y utilizarlo eficazmente.

Este objetivo, siendo válido para cualquier edad, está especialmente indicado para la etapa que atraviesan muchos alumnos. Los adolescentes toman conciencia de los cambios evolutivos que se producen en el organismo humano en los años de la etapa de Secundaria Obligatoria (12 a 16 años), se replantean la imagen que tienen de sí mismos y se sienten capaces de modificar su cuerpo y de superar sus actuales límites de eficiencia física.

Durante esta etapa, además, las actividades de Educación Física dejan de tener un sentido fundamentalmente lúdico, propio de Primaria, para adquirir otras funciones. Los alumnos y las alumnas de esta edad, preadolescentes y adolescentes, hacen ejercicio físico porque, además de divertirse, les sirve para mejorar su imagen ante sí mismos y ante los demás, para sentirse mejor, más hábiles, más eficaces, para conservar y mejorar su salud, para jugar mejor y superar los retos, para integrarse y hacerse aceptar dentro del grupo.

El elemento de diversión no es ya el único que lleva a realizar estas actividades. Es posible por eso educar a los alumnos y a las alumnas para conocer por qué y para qué realizan una determinada actividad, a programarla y a seleccionarla en función de sus capacidades, intereses y finalidades, y a evaluar el rendimiento obtenido.


Es también un hecho que la participación en actividades físicas y deportivas disminuye las tensiones y favorece las relaciones de grupo más que cualquier otra actividad escolar o extraescolar, con tal de que se realice en un marco de participación y no de competición. Estamos hablando de la educación para la convivencia, de la tolerancia y el respeto a los otros. Pocas áreas de la educación tienen tantas posibilidades como la Educación Física para poder acercarse a estos objetivos.

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